Juan Ramón Jiménez

1881 - 1958 (Moguer, España)

Fóto de Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez nace en Moguer (Huelva) el 23 de diciembre de 1881 en el seno de una familia de cultivadores y exportadores de vino, hijo de padre castellano y madre andaluza. Comienza la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla, aunque no finaliza sus estudios. La muerte de su padre en 1900 le causará una honda preocupación y en 1901 será ingresado con depresión en el sanatorio Castell d'Andorte, en Le Bouscat, Burdeos. En otoño regresa a Madrid, al sanatorio del Rosario, donde organiza reuniones con Valle Inclán, Benavente, los hermanos Machado... En 1905 regresa a su pueblo natal y seis años más tarde se traslada a Madrid. En 1916 se casa con Zenobia Camprubí en la iglesia católica St. Stephen, en Nueva York. A partir de 1931, la esposa del poeta sufrirá los primeros síntomas de un cáncer que acabará con su vida. En 1946, el poeta permanecerá hospitalizado ocho meses a causa de otra crisis depresiva. El 25 de octubre de 1956, la Academia Sueca le otorga el Premio Nobel de Literatura y tres días después, muere su esposa. Él jamás se recuperará de esta pérdida y morirá dos años más tarde, el 29 de mayo de 1958, en la misma clínica que su esposa, en Santurce, Puerto Rico. Sus cuerpos fueron trasladados a España, donde recibieron sepultura en el Cementerio de Jesús, de Moguer..

La crítica suele dividir su trayectoria poética en tres etapas: sensitiva, intelectual y última o verdadera.

Etapa sensitiva (1898-1915). Ésta primera, está marcada por la influencia de Bécquer, el Simbolismo y el Modernismo. En ella, predominan las descripciones del paisaje como reflejo del alma del poeta, los sentimientos vagos, la melancolía, la música y el color, los recuerdos y ensueños amorosos. Se trata de una poesía emotiva y sentimental donde se trasluce la sensibilidad del poeta a través de una estructura formal perfecta. Pertenecen a esta etapa Rimas (1902), Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904), Elegías (1907), La Soledad Sonora (1911), Pastorales (1911), Laberinto (1913) y Estío (1916), entre otros.

Estío (1916) supone el cambio hacia la segunda etapa de Juan Ramón. El poeta se aleja del Modernismo en busca de una mayor depuración de la palabra. Desaparecen los ambientes nostálgicos, evocados y soñados, en favor de una realidad más concreta.

Su primer viaje a América marca profundamente esta segunda etapa (1916-1936). Se produce un hecho fundamental: el descubrimiento del mar como motivo trascendente. El mar simboliza la vida, la soledad, el gozo, el eterno tiempo presente. Se inicia asimismo una evolución espiritual que lo lleva a buscar la trascendencia. En su deseo de salvarse ante la muerte, se esfuerza por alcanzar la eternidad, y eso sólo puede conseguirlo a través de la belleza y la depuración poética. Suprime, pues,

De esta época destacaremos Diario de un poeta recién casado (1916), Primera antolojía poética, (1917), Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1917-23) y Belleza (1917-23).

Con Diario de un poeta recién casado (1916), titulado posteriormente (en 1948) Diario de poeta y mar, se inicia esta nueva etapa en la obra de Juan Ramón. Se trata de una poesía sin anécdota, sin los «ropajes del modernismo», una poesía estilizada y depurada, donde el poeta admira todo lo que contempla. Este poemario surge como fruto de su viaje a América. En el Diario, Juan Ramón experimenta con los temas y las formas, y abre una nueva corriente poética, que será explotada por algunos miembros de la Generación del 27.

En Piedra y cielo (1919) el tema central es ya la creación poética: la poesía como actividad, el poema como objeto artístico y el poeta como dios-creador de un universo nuevo. Se abre así una nueva línea temática que Juan Ramón ya no abandonará: la búsqueda de la sublimación poética y la intensificación creativa de una poesía pura, esquemática.

La Estación total (1923-36). Recoge los últimos poemas escritos en España. El 22 de agosto de 1936, Juan Ramón marcha al exilio.

Pertenece a la Etapa última o verdadera (1937-1958) todo lo escrito durante su exilio americano. Juan Ramón continúa replegado en sí mismo en busca de la belleza y la perfección. Su ansia por la trascendencia lo lleva a identificarse con Dios. Tras un período de relativo silencio, publica Animal de fondo (1949), Tercera antolojía poética (1957), En el otro costado (1936-42) y Dios deseado y deseante (1948-49).

En Animal de fondo (1949) el poeta busca a Dios, «sin descanso ni tedio». Pero ese dios no es una divinidad externa al poeta, sino que se halla en él y en su obra («tu esencia está en mí, como mi forma»; «en el mundo que yo por ti y para ti he creado» ). Ese dios al que se refiere es causa y fin de la belleza.

Dios deseado y deseante (1948-49) supone la culminación de Animal de fondo. El poeta llega incluso a identificarse con ese dios que tanto ha buscado. Un dios que existe dentro y fuera de él, un dios que es deseado y deseante.