Francisco de Goya y Lucientes

1746 - 1828 (Fuendetodos, España)

Autorretrato Goya

Nació el 30 de marzo de 1746 en la localidad de Fuendetodos (cerca de Zaragoza). Su padre trabajaba como pintor y dorador de retablos José Goya y de Gracia Lucientes que provenía de una familia de la pequeña nobleza de Aragón. Recibió su educación en las Escuelas Pías de Zaragoza y inició con 14 años su formación artística, momento en el que entró como aprendiz en el taller de José Luzán, pintor local competente aunque poco conocido, donde Goya pasó cuatro años.

En 1763 partió a Madrid, con el fin de conseguir un premio en la Academia de San Fernando. No le consiguió, pero conoció al artista aragonés, Francisco Bayeu.Bayeu el cual influyó notablemente en su formación y a él debe su participación en los frescos de la iglesia de la Virgen del Pilar en Zaragoza (1780-1782) y a su instalación algún tiempo después en la corte.

En 1771 viaja a Italia, y allí permaneció durante un año. Su actividad durante esa época es relativamente desconocida; es conocido su paso por Roma, y también su participación en un concurso de la Academia de Parma en el que logró una mención. En torno a 1773 regresó a su país, y allí se presentó a varios proyectos, entre ellos el de la Cartuja de Aula Dei, cerca de Zaragoza, en 1774, donde sus pinturas prefiguran las de sus mejores frescos realizados en la iglesia de San Antonio de la Florida en Madrid, en 1798.

3 de Mayo 1808

En 1789 Carlos IV le nombró pintor de cámara y al año siguiente pasó a ser primer pintor de cámara, convirtiéndose así en el pintor oficial de Palacio. Tuvo una posición especial en la corte, lo que hizo que el Museo del Prado de Madrid heredara una parte muy importante de sus obras. Los cartones para tapices que realizó a finales de la década de 1780 y comienzos de la de 1790 fueron muy apreciados por la visión fresca y amable que ofrecen de la vida cotidiana española. Con éstos revolucionó la industria del tapiz. Realizo retratos como: Carlos III, Cazador (1786-1788); Los duques de Osuna y sus hijos (1788) ambos en el Museo del Prado de Madrid, o el cuadro la Marquesa de Pontejos (c. 1786, Galería Nacional, Washington). Dos de sus cuadros más famosos son: La maja desnuda (1800-1803) y La maja vestida (1800-1803). En el invierno de 1792 contrajo una grave enfermedad que le dejó totalmente sordo y marcó un punto de inflexión en su expresión artística.

El parasol

Entre 1797 y 1799 dibujó y grabó al aguafuerte la primera de sus grandes series de grabados, Los caprichos, en los que satiriza los defectos sociales y las supersticiones de la época. Tras éstos aparecen algunas series como los Los desastres de la guerra o Fatales consecuencias de la sangrienta guerra en España con Bonaparte y otros caprichos enfáticos, (1810) y Los disparates (1820-1823). En 1812 muere su esposa pero antes de la muerte de su mujer comenzaron sus relaciones con Leocadia Zorrilla de Weiss, que le acompanaría hasta el final de sus días.

En 1815 emprende una nueva serie de estampas La Tauromaquia compuesta de treinta y tres grabados, en ellos Goya desarrolla temas de la historia del toreo, al parecer para ilustrar un texto de Moratín padre, y hazañas de toreros contemporáneos, con una técnica excelente y un estilo plenamente maduro. Los horrores de la guerra dejaron una profunda huella en Goya, que contempló las batallas entre franceses y españoles durante los años de la ocupación napoleónica.

La razón del sueño

En 1814 pintó el conocido 2 de mayo de 1808 en Madrid: la lucha con los mamelucos y El 3 de mayo de 1808 en Madrid: los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío y pinturas posteriores (Museo del Prado). Sencillez directa para los retratos que pintó, como La familia de Carlos IV (1800, Museo del Prado), donde se muestra a la familia real sin la idealización habitual. En 1819 pinta Goya sus composiciones religiosas más conmovedoras La última comunión de San José de Calasanz y Cristo en el monte de los Olivos. Las célebres Pinturas negras (c. 1820, Museo del Prado) son las obras más destacadas de los últimos años. En un principio fueron pintadas al fresco en los muros de la casa que Goya poseía en las afueras de Madrid y en 1873 se trasladaron a lienzo. Hay que destacar: Saturno devorando a un hijo (c. 1821-1823), Aquelarre, el gran cabrón (1821-1823). Predominan los tonos negros, marrones y grises y demuestran que su carácter era cada vez más sombrío. En 1824 se marchó como exiliado a Francia. En Burdeos trabajó la técnica de la litografía, con la que realizó una serie de escenas taurinas.

Goya muere en Burdeos el 16 de abril de 1828, rodeado de su nuera y su nieto Mariano. El funeral se celebró en la iglesia de Nôtre Dame y el inventario de sus bienes muestra que poseía numerosas obras propias. Fue enterrado en el cementerio de la Cartuja, donde reposaron sus restos hasta que en 1899 fueron exhumados y en 1919 hallaron definitivo reposo en la ermita de San Antonio de la Florida.

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