República de Panamá

Bandera de Panamá

En el istmo panameño se desarrolló la civilización chibcha (muiscas; ver Colombia), una de las grandes culturas americanas. En el marco de una sociedad rígidamente estratificada, tuvieron una arquitectura muy elaborada, desarrollaron la orfebrería y conocimientos científicos en diversas disciplinas.

En 1508 la corona española decidió emprender la conquista de la llamada Tierra Firme, desde América Central a Venezuela. A Diego de Nicuesa se le encomendó colonizar la llamada Castilla del Oro, las actuales Panamá y Costa Rica. La empresa fracasó. Vasco Nuńez de Balboa, enviado en 1513 a buscar un supuesto Mar del Sur, avistó el 25 de setiembre el océano al que llamó Pacífico.

La cercanía en esta región de los océanos Atlántico y Pacífico signó el destino del istmo, transformándolo en una zona de gran importancia geopolítica. Panamá se convirtió en centro comercial de importancia para el sistema monopólico español. Los barcos que partían de España arribaban a Portobelo en el Mar Caribe, y la carga cruzaba el istmo a lomo de mula hasta Panamá. De ahí las mercaderías se distribuían a toda la América española del Pacífico, desde San Francisco hasta Santiago. La concentración de riquezas atrajo a piratas y corsarios ingleses, que saquearon las ciudades: Francis Drake asoló Portobelo en 1596 y Henry Morgan incendió Panamá en 1671.

Panamá dependía del virreinato del Perú, hasta que en 1717 las reformas de los Borbones lo integraron al nuevo virreinato de Nueva Granada. Formó parte de la Gran Colombia hasta su independencia de España, en 1821.

Por su condición de centro de las rutas comerciales y de comunicación que vinculaban a toda la América hispana, Panamá fue elegida por Simón Bolívar como sede del Congreso Anfictiónico, que debía sellar la unidad del continente tras la independencia. La reunión se realizó en 1826, pero sin el alcance con que sonaba el Libertador. La decadencia económica de fines del siglo XVIII, y el cambio de las rutas comerciales explica por qué Panamá no prolongó con eficacia su función geopolítica después de romper con España, y por qué no formó una nación independiente al desmembrarse la Gran Colombia, en 1830.

En 1831, al estallar la guerra civil neogranadina, Panamá se separó durante algo más de un año de Nueva Granada, con la intención de formar una Confederación Colombiana, manteniendo su autonomía. Pero recién en 1855 se creó el Estado de Panamá, federado a Nueva Granada (actual Colombia).

La primera referencia expresa a derechos de intervención militar de Estados Unidos en Panamá, aparece en el tratado Mallarino-Bidlak, de 1846, firmado entre Washington y Bogotá. El documento otorgaba a Estados Unidos autorización para construir un ferrocarril transistmeno, cuya terminal atlántica sería la isla de Manzanillo, en la bahía de Limón. Con la línea férrea, Estados Unidos pretendía, por un lado, obtener una vía más rápida para unir su costa este con la oeste; y, por otro, contrarrestar la presencia británica en la zona, especialmente en Nicaragua.

El 1 de enero de 1880, se iniciaron las obras del canal a cargo de la Companía Universal del Canal de Panamá, francesa, dirigida por Lesseps. En 1891, estalló un escándalo por maniobras dolosas realizadas por esa empresa, que determinaron su quiebra, cuando ya había terminado 33 kilómetros de obras. Tres años más tarde se constituyó la Companía Nueva del Canal de Panamá, para completar las obras del proyecto.

A mediados de 1902, los Estados Unidos compraron los derechos de la compañía francesa. En enero de 1903 firmaron con un representante colombiano el tratado Hay-Herrán acerca de la construcción y administración del canal. Obtuvieron así en arriendo perpetuo una franja de 9,5 km de ancho a través del istmo y a partir de ese momento continuaron las obras del canal.

El Senado colombiano rechazó el tratado, en forma unánime, por considerarlo lesivo del decoro y la soberanía. Una revolución resolvió el problema a los norteamericanos. Los "revolucionarios" declararon independiente a Panamá (noviembre de 1903), y Estados Unidos, que impidió con sus "marines "la represión de la revuelta, reconoció al nuevo estado a los tres días. Fueron los tiempos de presidente Theodore Roosevelt y su política del big stick (el gran garrote).

Un nuevo tratado -Hay-Buneau Varilla- otorgó autoridad plena y perpetua a Estados Unidos sobre una franja de 16 km de ancho y las aguas adyacentes a los extremos. Philippe Buneau Varilla, un ex accionista de la empresa canalera, ciudadano francés, que firmó como representante oficial de Panamá, cobró sus honorarios en Washington y no volvió a Panamá. El canal, de 82 km de largo, se inauguró oficialmente el 15 de agosto de 1914, y fue administrado y gobernado por EEUU.

La "Zona del Canal" reportó a Estados Unidos ganancias incalculables, más que por el peaje, por el ahorro en tiempo y distancia para el tráfico marítimo entre sus costas este y oeste. Las bases militares norteamericanas en Panamá fueron herramientas estratégicas de control sobre América Latina, en el marco de la guerra fría. A la vez sirvieron de centro de instrucción y adoctrinamiento sobre la Doctrina de la Seguridad Nacional, sistema político-militar que asegura la lealtad a los dictados de la nación del norte, derrocando gobiernos legales e implantando dictaduras militares. El centro financiero creado en el istmo, se convirtió en una plataforma para la expansión de compañías trasnacionales y el lavado de narcodólares.

"La posición geográfica es nuestro principal recurso natural", afirman los panamenos. En enero de 1964, veintiún estudiantes murieron cuando intentaban izar el pabellón de su país en la Zona del Canal, bajo jurisdicción exclusiva de EEUU. El sacrificio de los jóvenes panamenos los transformó en símbolos nacionales. La aspiración panamena a la soberanía total sobre el canal fue asumida por el gobierno del general Omar Torrijos, surgido en 1969 al disolverse el triunvirato militar que en 1968 derrocó al presidente Arnulfo Arias. La batalla diplomática fue llevada a todos los foros internacionales y ganó el apoyo de los países latinoamericanos, el Movimiento de los No Alineados y las Naciones Unidas.

La lucha por la soberanía cohesionó a los panamenos y consolidó un sentimiento nacional desvirtuado por décadas de penetración cultural, control económico e intervencionismo militar de Estados Unidos. Paralelamente, el gobierno de Torrijos inició un proceso transformador en busca de un orden social más equitativo. Destacan en este plano la reforma agraria, la de la educación, la explotación del cobre con criterio nacionalista y la "guerra del banano" por precios justos contra las trasnacionales de la fruta, como la UFCO (United Fruit Company), imperio dentro del imperio, que luego cambió su nombre a "United Brands".

Estados Unidos debió aceptar negociar un nuevo tratado canalero, pues la cuestión del canal, entre otras, le impedía mejorar su imagen en América Latina. El Tratado Torrijos-Carter de 1977 anuló el anterior. Previó que el canal sea totalmente panameno en el año 2000. El Senado norteamericano -incumpliendo lo pactado prácticamente desde el inicio del tratado- introdujo enmiendas que otorgan a Estados Unidos el derecho a intervenir "en defensa del Canal" más allá del año 2000.

El 31 de julio de 1981, el general Omar Torrijos falleció en un sospechoso accidente aéreo. Versiones no confirmadas aseguraron que los instrumentos de la nave fueron interferidos desde tierra. El presidente Arístides Royo, sucesor de Torrijos desde 1978, perdió el apoyo de la Guardia Nacional y fue obligado a renunciar por el nuevo Comandante, Rubén Paredes, quien inició el realineamiento pronorteamericano del país. Pero el papel desempenado por Estados Unidos en la guerra de las Malvinas y el lanzamiento del Grupo de Contadora -del cual Panamá fue primer anfitrión- tensaron nuevamente las relaciones entre ambas naciones. La isla de Contadora ya había adquirido notoriedad al ser lugar de exilio en el que EEUU ubicó al sha de Irán, Reza Pahlevi, luego de su derrocamiento.

En 1983, Paredes fue sustituido como comandante de la Guardia Nacional por el general Manuel Noriega. Las elecciones presidenciales y legislativas de 1984 fueron ganadas por estrecho margen por Nicolás Barletta, candidato del Partido Revolucionario Democrático (PRD) -fundado por Torrijos- y apoyado por las fuerzas armadas. La oposición, dirigida por el veterano Arnulfo Arias, denunció fraude.

Barletta halló una creciente oposición a su política económica y renunció a fines de 1985. Le sucedió Eric del Valle, pero el hombre fuerte siguió siendo el general Noriega, quien pasó a ser un objetivo a derribar para el gobierno de Estados Unidos. Después de haberlo protegido durante muchos años, la administración norteamericana no le perdonó su falta de colaboración en los planes para invadir Nicaragua. Comenzó así una suerte de "ajuste de cuentas" en que Noriega fue acusado de vínculos con el tráfico de drogas y otros delitos. La oposición se unificó en una Cruzada Civilista Nacional, integrada por partidos de derecha y centro con amplio apoyo empresarial.

El gobierno norteamericnao suspendió su ayuda económica y militar en 1987. Un año más tarde, congeló los fondos panamenos en Estados Unidos e impuso sanciones económicas, incluido el cese de pagos por las operaciones del Canal. En marzo todos los bancos cerraron por varias semanas, provocando una crisis financiera. La presencia militar norteamericana aumentó. Del Valle destituyó a Noriega, pero la Asamblea Nacional respaldó al comandante y removió al presidente. Lo sustituyó el ministro de Educación, Manuel Solís Palma.

Se convocó a elecciones para el 5 de mayo de 1989. El candidato del partido de gobierno fue Carlos Duque y el de la Alianza Democrática de Oposición Civilista (ADOC), Guillermo Endara. En medio de injerencias de la Casa Blanca -que desacreditó el proceso electoral y su resultado ya con anticipación- los resultados del escrutinio se mantuvieron ocultos durante varios días y, como favorecían a la oposición, las elecciones acabaron anulándose.

Solís afirmó que el propósito de Estados Unidos, con independencia de los resultados, era colocar un gobierno títere y mantener el control de la Zona del Canal, incumpliendo el tratado Torrijos-Carter.

En octubre de 1989, fracasó una insurrección antinorieguista de un grupo de oficiales jóvenes. Dos meses más tarde, la escalada de sanciones económicas desembocó en una invasión militar a Panamá por parte de Estados Unidos. Sin advertencias, ni declaración de guerra previa, el 20 de diciembre de 1989, inició un ataque generalizado. Guillermo Endara fue investido como presidente en la base norteamericana de Fort Clayton al inicio de la invasión.

Con la movilización de 26.000 efectivos, esta agresión constituyó la mayor operación militar norteamericana, desde la guerra de Vietnam (1964-1973). Los bombardeos indiscriminados danaron barrios populosos de la ciudad y provocaron la muerte de numerosos civiles: 560 según cifras oficiales; entre 4.000 y 10.000, según la oposición. La Cámara de Industria estimó las pérdidas en más de 2.000 millones de dólares. La resistencia panamena, superior a la esperada, prolongó la actividad militar de los invasores. Noriega, primero asilado en la Nunciatura Apostólica, fue finalmente extraditado y trasladado a Estados Unidos. En la acción, unos 5.000 panamenos resultaron temporalmente detenidos.

El gobierno de Guillermo Endara disolvió la Fuerza Nacional de Defensa, para sustituirla por una organización policíaca menor, denominada Fuerza Pública. Con el fin de desarmar a la población se pagó 150 dólares por cada arma entregada. La ayuda económica norteamericana que el gobierno esperaba no llegó y el propio Endara inició una huelga de hambre para obtenerla. El gobierno aceptó la presencia de "supervisores" estadounidenses en los ministerios, así como la acción de tropas del Comando Sur fuera de la zona del canal, supuestamente para el combate al narcotráfico y la guerrilla colombiana en la frontera.

El escaso interés de Washington en la región, luego de la derrota de los sandinistas en Nicaragua, mantuvo la crisis económica existente en Panamá en el momento de la invasión. Fuentes independientes registraban más de 20% de desocupación en 1991.

En una votación con seis abstenciones y el voto de Estados Unidos en contra, la OEA deploró la invasión y exigió el retiro de las tropas. El Reino Unido apoyó la invasión y Francia vetó la condena del Consejo de Seguridad de la ONU; el único gobierno latinoamericano dispuesto a defender la agresión fue el salvadoreno.

A pesar de las dudas al respecto, el traspaso del control del canal a manos panamenas, siguió su curso. En marzo de 1991, por primera vez un panameno asumió la administración del canal.

En abril de 1991, Endara anunció la ruptura de la alianza que existía con el PDC y destituyó a los cinco ministros de ese partido. La precaria estabilidad del gobierno se vio sacudida por cinco intentos de golpe en los primeros dos años de gestión. El PRD, que obtuviera una significativa victoria en los comicios complementarios de enero de 1991, solicitó elecciones generales.

Durante el juicio a Manuel Antonio Noriega, que comenzó a fines de 1991 en Miami, se conocieron estrechos vínculos del ex hombre fuerte con la DEA (Drug Enforcement Agency) y la CIA de Estados Unidos. Se supo que un estudio jurídico del que formaba parte el presidente Endara tenía relaciones con 14 empresas que lavaban dinero procedente del tráfico de drogas. A la vez, la DEA informó que los negocios del narcotráfico habían aumentado después de haberse producido la invasión. En junio de 1992, Noriega fue condenado a cuarenta años de prisión.

El gobierno sufrió un serio revés cuando, en un plebiscito sobre la reforma constitucional, el 15 de noviembre de 1992, ganó el "no" (63,5% contra 31,5%). El pueblo rechazó, entre otras cosas, la abolición formal de las Fuerzas de Defensa (la Fuerza Pública). El gobierno se debilitó aún más cuando, el 17 de diciembre, renunció el segundo vicepresidente, el demócrata cristiano Ricardo Arias Calderón, que acusó a Endara de ser incapaz de enfrentar la crisis social.

Después de la condena a Noriega, otro caso de corrupción sacudió al país: en agosto de 1993, se descubrió que a través del consulado panameno en Barcelona, fueron compradas armas para las fuerzas serbias de Bosnia. El incidente provocó la dimisión del canciller Julio Linares, involucrado en el caso.

En las elecciones del 8 de mayo de 1994 fue electo presidente el economista Ernesto Pérez Balladares, con 34% de los votos. Pérez Balladares, dirigente del PRD, fue ministro de Economía y de Hacienda y Tesoro en el gobierno de Omar Torrijos, de quien se declara ferviente admirador. Fueron los primeros comicios generales celebrados tras la invasión de Estados Unidos.

Balladares había sido postulado como candidato de la socialdemócrata alianza Pueblo Unido, integrada por el PRD, el Partido Liberal Republicano y el Laborista. Aunque el PRD respaldó al pasado régimen de Noriega, Balladares ha insistido en que no tuvo que ver con el "norieguismo", al que incluso ha calificado como "aberración".

Involucrado en el tráfico de armas para las fuerzas serbias en Bosnia a través del consulado en Barcelona, el canciller panameno debió renunciar en agosto de 1993.

El economista Ernesto Pérez Balladares, ex ministro y declarado admirador de Omar Torrijos, fue electo presidente en 1994 con un 34% de los votos. Balladares se postuló por la alianza socialdemócrata Pueblo Unido, integrada por el PRD, el Partido Liberal Republicano y el Laborista. Mireya Moscoso, de la derechista Alianza Democrática, otvuvo 29% de los votos, y el salsero Ruben Blades, del Movimiento "Papa Egoró", el 17%. Fueron los primeros comicios generales celebrados tras la invasión de Estados Unidos.

Los indígenas kuna y embera rechazaron en junio de 1994 la construcción de una carretera en sus territorios autónomos. Fueron apoyados por grupos ambientalistas y la Iglesia Católica. La autopista atravesaría la región selvática llamada "Tapón de Darien", de 550.000 hectáreas, declarada patrimonio universal de la humanidad por la UNESCO. La carretera, de 108 km, uniría Panamá con Colombia. Desde hace años esta selva sufre el talado clandestino de sus robles, cedros y caobas. Asimismo es zona de cultivo de coca y escenario de operaciones de contrabando de armas.

Un plan para asesinar a Pérez Balladares y varios miembros de su gabinete fue descubierto en enero de 1995. Diez miembros de la Policía Nacional fueron arrestados por conspiración, pero la investigación se cerró por falta de pruebas.

El rol del país en el tráfico de armas y drogas y lavado de dinero permaneció vigente. La explosión de un paquete durante una inspección por drogas mató a tres funcionarios e hirió a 25. Los explosivos, granadas y municiones eran enviados a Ecuador, supuestamente para grupos guerrilleros. En la capital se descubrieron dos depósitos de armas propiedad de un colombiano.

La reforma del código laboral, dirigida a atraer inversiones extranjeras, ocasionó un clima de agitación social y huelgas cuando se supo que reduciría la seguridad laboral y las libertades de sindicalización y negociación colectiva. Los enfrentamientos de trabajadores y estudiantes con la policía dejaron cuatro muertos y 86 heridos en agosto. No obstante, la ley se aprobó.

Las conversaciones entre Panamá y Estados Unidos sobre la soberanía del Canal a partir de 1999 comenzaron a manejar la posibilidad de que las bases militares de Howard, una naval y otra aérea, permanezcan bajo control estadounidense.