República de Paraguay

Bandera de Paraguay

Había tres grupos humanos en la cuenca del río Paraguay en el siglo XVI: guaraníes, en la región del centro; guaycurúes y payaguás, en la región del Chaco, al sur. Los guaraníes practicaban el cultivo de mandioca, zapallo, batata, y maíz. Su sociedad era sedentaria, organizada en aldeas encabezadas por un tubichá (jefe).

Los payaguás y guaycurúes eran cazadores y pescadores nómadas. Periódicamente asaltaban las plantaciones guaraníes. Estos asaltos fueron factor determinante en la ayuda que prestaron los guaraníes a los españoles en la conquista del Chaco.

Los conquistadores españoles que remontaban el río Paraná en busca de las míticas montañas de plata que dieron su nombre a la región a mediados del siglo XVI tenían su asiento en el fuerte de Nuestra Señora de la Asunción, fundado en 1537 por Juan de Salazar. Este minúsculo poblado fue el origen de lo que durante un siglo sería la capital de la provincia del Río de la Plata.

Al no encontrar el metal precioso -y considerarlas "tierras de ningún provecho"- el interés económico de los colonizadores se concentró, tiempo después, en las posibilidades del ganado vacuno que se reproducía por millones en las fértiles llanuras de la Banda Oriental y la Pampa Húmeda (las "vaquerías del mar"). En los puertos de Buenos Aires y Montevideo se desarrolló una poderosa oligarquía intermediaria y la vieja capital quedó relegada a un segundo plano.

Mientras en torno a estas ciudades se instalaba el latifundio precapitalista, los jesuitas organizaban en el actual Paraguay un sistema de misiones en el que los indígenas trabajaban comunitariamente la tierra y sus artesanías. El modelo, calificado de "comunista" en su época, chocó con los intereses dominantes y la Compañía de Jesús terminó por ser expulsada en 1767. Los indígenas pasaron de comuneros a esclavos en Brasil o siervos de latifundistas.

Si bien la provincia paraguaya no se plegó desde el principio a la revolución liberal de 1810, el 14 de mayo de 1811 la oligarquía asunceña, buscando la libertad de comercio para la yerba mate y el tabaco, derroca al gobernador español Velazco.

Comenzó así el proceso que llevaría a Gaspar Rodríguez de Francia a concentrar todo el poder en sus manos, apoyado por el campesinado, formado por pequeños y medianos propietarios amantes del orden y temerosos de que los afectara "la anarquía" que reinaba en el resto del antiguo virreinato. El Paraguay se encerraba en sí mismo. La oligarquía asunceña, única enemiga del sistema, fue eliminada. Comenzó así, a partir de la intervención estatal, el desarrollo de industrias nacionales, que sentaría las bases del futuro poderío económico paraguayo.

Incomunicado durante décadas durante los gobiernos patriarcales de Gaspar Rodríguez de Francia ("El Supremo"), Carlos Antonio López y su hijo Francisco Solano López, Paraguay se desarrolló ajeno a la influencia británica que dominó al resto de las provincias platenses después de la independencia. Fuera del campo del imperialismo, el país se convirtió en potencia económica, con control estatal sobre su producción agrícola (yerba mate y maderas finas) y sobre los primeros ferrocarriles, telégrafos y fundiciones de América del Sur.

Pedro II por Brasil, Bartolomé Mitre por la Argentina y Venancio Flores por Uruguay -contando con el apoyo del imperio inglés y la banca Baring Brothers- firmaron la llamada "Triple Alianza" que en 1865 desencadenó una guerra genocida contra el Paraguay, aduciendo una cuestión de límites.

Sesenta y dos años más tarde, en otra guerra fratricida, Paraguay se enfrentó a Bolivia, en la llamada "Guerra del Chaco" (1932-1935), estimulada esta vez por trasnacionales petroleras rivales, del grupo de "Las siete hermanas". Paraguay resultó vencedor, pero perdió 50.000 hombres en los campos de batalla.

En 31 años se sucedieron 22 presidentes paraguayos, hasta que en 1954 un golpe de Estado entronizó al general Alfredo Stroessner, descendiente de alemanes, admirador del nazismo y protector de criminales de guerra escapados de Europa. Stroessner fue reelegido en siete oportunidades -la última en febrero de 1988-, y solo admitía una "oposición" legal, cuyos dirigentes eran muchas veces designados por él mismo.

Al promediar la década de los 80, el régimen del general Stroessner comenzó a dar señales de agotamiento en un marco de democratización general de América Latina. Comenzó a organizarse la oposición con la creación del Movimiento Intersindical de Trabajadores; la organización de grupos indígenas, la creación de la Asamblea Permanente de los Campesinos sin Tierras (APCT) y la Coordinación de Mujeres Campesinas. La Iglesia Católica comenzó a pronunciarse por un cambio.

El 3 de febrero de 1989 el general Stroessner fue derrocado por un movimiento de tropas encabezado por su consuegro, y comandante del 1er cuerpo del ejército, general Andrés Rodríguez. De inmediato, Rodríguez anunció la realización de elecciones para mayo del mismo año, de las que surgirían el gobierno y los legisladores que completarían el período.

Las elecciones se celebraron el 1o. de mayo de 1989, con participación de toda la oposición, salvo el Partido Comunista, que continuó ilegalizado. El general Rodríguez resultó electo con 68% de los votos, mientras que el principal grupo opositor, el Partido Radical Liberal Auténtico, obtuvo 21%. Pese a la presencia de numerosos observadores extranjeros, fueron denunciadas y probadas numerosas irregularidades de las que se responsabilizó una vez más al Partido Colorado. Sin embargo, la oposición paraguaya, evaluó las elecciones de 1989 como el punto de partida para un proceso democratizador, que debería completarse a corto plazo con la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.

Las trasnacionales por su parte han ingresado a la actividad primaria para la producción extensiva de soja y algodón. Actualmente, 2% de las propiedades ocupan 85% de las tierras paraguayas. La mayor parte de las empresas y de los colonos extranjeros se concentran en la frontera con Brasil, en una faja territorial de 2.000 km de largo y 65 km de ancho; allí se habla mayoritariamente el portugués y la moneda brasileña es de curso corriente. Se calcula entre trescientos y cuatrocientos mil la cantidad de brasileños asentados en los departamentos fronterizos.

Los proyectos de desarrollo rural de Caazapa y Caaguazu, que cuentan con el apoyo del Banco Mundial, implican ocupar y convertir en establecimientos ganaderos las tierras de los indígenas, situadas al este del país, obligando a éstos a habitar pequeños "bolsones" de sus antiguos territorios. Unas doce comunidades indígenas solicitaron a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) que las representaran en la Asamblea Nacional Constituyente. En las elecciones para designar diputados a esa Asamblea, en diciembre de 1991, la CUT dio su apoyo al Movimiento Constitución para Todos.

La entrada en funcionamiento de la gigantesca represa de Itaipú, en la frontera con Brasil, supuso el reforzamiento de los vínculos económicos entre Paraguay y el país vecino.

En junio de 1991, las primeras elecciones municipales libres marcaron un serio retroceso para el Partido Colorado y sobre todo la irrupción en la capital del país de una nueva fuerza política: el movimiento independiente Asunción para Todos. El líder de ese movimiento, Carlos Filizzola, un joven médico de 31 años apoyado por la Central Unitaria de Trabajadores y diversos grupos sociales, fue elegido alcalde de Asunción, con más de 35 % de los votos. Al asumir su cargo, Filizzola prometió desarrollar una gestión en favor de los sectores populares de la ciudad.

Las primeras elecciones municipales libres, realizadas en junio de 1991, marcaron la irrupción en la capital del movimiento independiente Asunción para Todos. Liderado por Carlos Filizzola, un médico de 31 años, el alcalde contó con el respaldo de la Central Unitaria de Trabajadores y diversos grupos sociales y resultó electó con más del 35% de los votos.

En las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente realizadas en diciembre el Partido Colorado obtuvo el 60% de los votos. El Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) de Domingo Laíno se situó en segundo lugar con 29% y el Movimiento Constitución para Todos, dirigido por Filizzola, se ubicó en tercer lugar.

La Carta Magna de junio de 1992 sustituyó a la elaborada en 1967 por Stroessner. Los presidentes de la República, la Corte Suprema y el Congreso no asistieron al acto de promulgación de la nueva Constitución, que incluía amplias disposiciones para la protección de los derechos humanos y prohibía la pena de muerte para los delitos comunes.

Las reiteradas denuncias de corrupción generalizada dentro de las fuerzas armadas, tráfico de drogas incluído, llevaron al inicio de investigaciones. Se llegó a dictar órdenes de detención contra importantes generales, entre ellos el comandante en jefe del Ejército.

En diciembre de 1992 Paraguay firmó junto a Argentina, Brasil y Uruguay un acuerdo para la constitución de un mercado común, el Mercosur, que entraría en vigencia en 1995.

En un clima enrarecido por amenazas de fraude y declaraciones militares de que mantendrían al Partido Colorado en el poder, el candidato oficialista Juan Carlos Wasmosy obtuvo el 40% de los votos en las elecciones de mayo de 1993. Votó el 75% de los 1,7 milllones de habilitados. Destacamentos apostados en las fronteras impidieron el ingresos de ciudadanos residentes en Argentina y Brasil. El PLRA obtuvo el 33% de los votos, y el Encuentro Nacional, una coalición pro empresarial, el 25%.

Al asumir en agosto Wasmosy se transformó en el primer presidente civil electo en 182 años de vida independiente. El Congreso otorgó al poder civil el control del aparato militar.

El Congreso Mundial Judío solicitó en setiembre al presidente Carlos Wasmosy el acceso a los archivos gubernamentales para localizar nazis que se habrían refugiado en Paraguay después de la Segunda Guerra Mundial.

El parlamento votó en mayo de 1994 una ley que prohibía a los militares la actividad político partidaria. El gobierno y la comandancia iniciaron inmediatamente acciones para declarar esa ley inconstitucional. Esta actitud llevó a la oposición a abandonar el pacto de cooperación con los colorados.

Presionado por Estados Unidos, Wasmosy nombró al general Ramón Rozas Rodríguez jefe de la lucha antidroga. Rozas fue asesinado en 1994, cuando debía presentar un informe sobre los ilícitos que implicaba a la jerarquía militar, incluído el general Lino Oviedo.

Violentos choques entre campesinos y policías afectaron varias regiones del país. Cien manifestantes que bloqueaban los acceso a Asunción fueron heridos por balas de goma. Los agricultores fueron apoyados por organizaciones eclesiásticas, sindicatos y partidos de oposición. Se declaró una huelga general en mayo por aumentos de sueldos y reforma agraria, y en protesta de la privatización de las compañías estatales. El gobierno admitió que el poder adquisitivo se redujo un 42% en los últimos cinco años y subió los salarios un 35%. Con el fin de detener la deforestación, en diciembre se prohibieron todas las exportaciones de madera.

En enero de 1995 la Comisión Nacional de Derechos Humanos dijo que muchos crímenes del período de Stroessner no habían sido castigados y que continuaban los asesinatos de campesinos. Wasmosy pasó a retiro a ocho militares de alto rango. El partido Colorado y la oposición acordaron finalmente en mayo la prohibición de la actividad política para los militares.

Ante la orden de su retiro de parte del presidente Wasmosy, el general Lino Oviedo se atrincheró con numerosos oficiales de las nuevas promociones en abril de 1996. Pese al apoyo de miles de manifestantes, Wasmosy se refugió en la embajada de Estados Unidos. Para salir del paso nombró al general golpista ministro de Defensa, medida que revocó al día siguiente con el apoyo de la comunidad internacional. La crisis se asoció a las inminentes elecciones del presidente del Partido Colorado, determinantes en la candidatura presidencial para 1998. Resultó electo Luis María Argaña, un hombre de confianza de Stroessner.