República de Perú

Bandera de Perú

En las alturas de los Andes, con centro en el Cuzco, a partir del siglo XII se desarrolló el Tahuantinsuyo -Imperio de los Inkas-, que unificó varias culturas avanzadas, resolvió de manera ejemplar problemas ecológicos: con cultivos en terrazas y regadío; de comunicaciones: con caminos desde Cuzco hasta Quito; administrativos, desde Colombia hasta Argentina; y distributivos, tanto que algunos lo han calificado de "socialista".

Una rivalidad sucesoria coincidió con la llegada al Perú del aventurero español Francisco Pizarro, quien aprovechó la lucha por el trono entre Huáscar y Atahualpa para someter al imperio. La población fue diezmada en pocos años por las guerras y las epidemias traídas por los colonizadores. Sólo en 1975 llegó Perú a la cifra de 15 millones de habitantes que tenía ya en el siglo XVI. En aquel entonces se autoabastecía de alimentos y ahora necesita importarlos.

En 1542 fue creado el Virreinato del Perú, dada la importancia que tomó la región, por la explotación de metales preciosos. Los movimientos anticolonialistas continuaron por dos siglos hasta la derrota, en 1780, de la insurrección de Túpac Amaru, precursora de los movimientos independentistas latinoamericanos del siglo XIX.

La oligarquía "criolla" (hijos de españoles) minera y latifundista que se desarrolló durante la colonia, resistió tenazmente los cambios y Perú fue el último país del continente en independizarse, cuando los ejércitos combinados de José de San Martín y Simón Bolívar derrotaron a los españoles en Ayacucho (1824). Los primeros años de independencia transcurrieron en constantes luchas entre la oligarquía conservadora, nostálgica del virreinato, y los liberales. Las guerras con Colombia, en 1827, y con Bolivia, se desarrollaron bajo aquel telón de fondo. La unificación de Perú con Bolivia, intentada en 1835 por el presidente boliviano Andrés Santa Cruz, fracasó social y económicamente.

El mariscal Ramón Castilla, que gobernó el país entre 1845 y 1862, dio forma al estado peruano moderno, luego de abolir la esclavitud y promulgar la Constitución.

En 1864 España intentó instalar enclaves en la costa peruana. Perú, Chile, Bolivia y Ecuador le declararon la guerra. La escuadra española bombardeó Valparaíso, en Chile, y El Callao, en Perú, antes de ser derrotada en 1866.

Desde 1845, agotadas las minas de plata, el guano -excremento de aves apto como fertilizante- pasó a ser el principal producto de exportación del Perú. Cuando declinó el guano, lo sustituyó el salitre, que se encuentra en el desierto del sur del país. Esta riqueza provocaría la Guerra del Pacífico (1879-1883). Perú y Bolivia hicieron causa común contra Chile, que explotaba el salitre, con el apoyo de las compañías inglesas. Perú y Bolivia perdieron la guerra y sus provincias de Arica, Tarapacá y Antofagasta.

En las primeras décadas del siglo XX comienza la explotación en gran escala del cobre, en particular por la empresa norteamericana Cerro de Pasco Copper Corporation. Capitales extranjeros explotaron también el petróleo en el norte, y la cana de azúcar y el algodón en el norte y centro. Las anacrónicas estructuras agrarias, empero, no se transformaron.

En este contexto, el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), partido de inspiración marxista y vocación latinoamericana, logró un amplio apoyo popular. Víctor Haya de la Torre, su máximo líder, preconizó la alianza de clases y polemizó con José Carlos Mariátegui, fundador del Partido Comunista (PC) peruano. Triunfador en varias elecciones, el APRA nunca pudo llegar al gobierno, pues se lo impidieron golpes militares.

Disidentes del APRA y sectores de la izquierda revolucionaria intentaron sin éxito la lucha guerrillera en la década del 60.

En 1968 un grupo militar encabezado por el general Juan Velasco Alvarado desplazó al presidente Fernando Belaúnde Terry e inició, con la nacionalización del petróleo, un proceso de cambios que incluyó la recuperación de los recursos naturales y la pesca, una reforma agraria cooperativista, la participación de los obreros en la propiedad de las empresas, la creación de un sector económico de propiedad social, la expropiación de la prensa -se preveía entregarla a sectores sociales organizados- y una política exterior independiente y no alineada.

Velasco enfermó, perdió gradualmente el control del proceso y la confianza de sus allegados. Fue derrocado por su primer ministro, el general Francisco Morales Bermúdez, en agosto de 1975. Presionado por el FMI y la oligarquía deseosa de recuperar el poder, Morales convocó elecciones en 1978. El APRA, la izquierda y el Partido Popular Cristiano, -derecha tradicional-, se repartieron en partes aproximadamente iguales las bancas de una Asamblea Constituyente.

El partido Acción Popular (AP), de Belaúnde Terry, que había boicoteado las elecciones constituyentes, triunfó en los comicios presidenciales de 1980. Belaúnde devolvió a sus antiguos propietarios los periódicos expropiados por Velasco. Su política económica siguió las recomendaciones del FMI, con resultados nefastos: el desempleo creció, el ingreso se concentró más aún (1% de la población acaparó 30% de la renta nacional) y la inflación condujo a sustituir la vieja unidad monetaria, el sol, por el inti, equivalente a mil soles. Creció vertiginosamente el sector informal de la economía, fuera de toda regulación legal o beneficio social. En 1980 resurgió la lucha armada a cargo del "Partido Comunista del Perú, por el Sendero Luminoso de José Carlos Mariátegui" (senderistas); y en 1984, del "Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA)."

La Izquierda Unida (IU), frente de izquierdas parlamentario, conquistó la alcaldía de Lima en las elecciones de 1982. Frente al aumento de las acciones guerrilleras, las provincias más afectadas fueron puestas bajo control militar. En 1983, ante el creciente malestar social se decretó estado de emergencia en todo el país.

En las elecciones de 1985 triunfó el candidato aprista Alan García Pérez, quien recogió 46% de los votos. Con 22%, IU se consolidó como segunda fuerza política; Acción Popular sólo obtuvo 5%. Cuando García asumió el gobierno, en julio de 1985, la deuda externa peruana ascendía a 14 mil millones de dólares, con un servicio anual de 3.500 millones. El presidente anunció que limitaría los pagos a 10% de los ingresos anuales por exportación y que negociaría directamente con los acreedores, sin intermediación del FMI. Hasta 1987 la política económica aprista produjo una reactivación económica. Crecieron el empleo urbano y el salario real por dos años consecutivos. En octubre de 1987 entró en vigencia una ley que estatizó bancos, compañías financieras y aseguradoras privadas.

Desde 1986 Sendero Luminoso efectuó ataques armados contra locales apristas, alcaldes y militares en las zonas de emergencia. En junio de 1986 la represión de los motines de prisioneros senderistas en las cárceles de El Frontón, Lurigancho y Santa Bárbara dejó alrededor de 300 presos muertos o desaparecidos.

En la segunda mitad de 1988, consumidas las reservas internacionales, el gobierno de García inició una política de ajuste, en medio de una creciente inflación y recesión. Las importaciones se redujeron severamente, inclusive las de alimentos y medicinas. Las exportaciones en cambio aumentaron en más de mil millones de dólares entre 1988 y 1989. El subempleo en Lima llegó en 1989 al punto más alto en los anales estadísticos: 73,5%. El porcentaje de familias con ingresos iguales o menores al mínimo legal subió de 39% a 44% entre 1988 y 1989. La inflación alcanzó 2.000% en 1988 y siguió creciendo al ritmo de 45% mensual en 1989. La economía informal desplazó en importancia a las empresas constituidas.

En los comicios generales de 1989 se enfrentaron el Frente Democrático (FREDEMO), que presentó como candidato al escritor Mario Vargas Llosa, con un discurso liberal radical; el APRA, con Luis Alva Castro; la izquierda, ahora dividida entre la "Unida" del sociólogo Henry Pease y la "Socialista" de Alfonso Barrantes, ex alcalde de Lima; y un nuevo grupo, Cambio 90, que tenía como candidato al ingeniero agrónomo Alberto Fujimori. Este último, hijo de inmigrantes japoneses y sin antecedentes políticos, fue elegido por abrumadora mayoría (56,4%). Los comicios implicaron también una derrota para Sendero Luminoso, que llamó a la abstención.

Fujimori asumió el cargo el 28 de julio de 1990 adoptando un severo programa anti-inflacionario, conocido como el "fujishock".

Los últimos meses de 1990 se caracterizaron por la agitación laboral y social. Ejemplo de ello fue la "marcha contra el hambre", convocada por las centrales sindicales. A pesar del acercamiento entre las cuatro centrales sindicales, que construyeron en marzo de 1991 la Coordinadora Nacional, las organizaciones sociales no lograron establecer una oposición clara frente al gobierno.

A su vez, Fujimori debió enfrentar la oposición de los partidos políticos y del Parlamento, que intentaron paralizarlo. El presidente, entonces, comenzó a gobernar por decreto: en 1991 promulgó 126 decretos legislativos.

La política económica aceleró el empobrecimiento de la población peruana. De un total de 22 millones de habitantes, 12 millones vivían en situación de extrema pobreza. El déficit de viviendas en Lima alcanzó a un millón en 1991. El 70% de las escuelas peruanas carecían de servicios higiénicos adecuados.

En este contexto, un brote epidémico de cólera causó 2.540 muertos y afectó a unas 270.000 personas en 1991. Sobre el telón de fondo de la crisis floreció el cultivo de coca, que se convirtió en importante rubro productivo del país, con una superficie cultivada de 200.000 hectáreas y un ingreso de divisas por la exportación de cocaína semiprocesada de unos 2 mil millones de dólares anuales.

El descrédito de los grupos políticos y la agudización de la crisis provocaron la intensificación de la violencia y la lucha armada. Según informes de organismos internacionales, se elevó a 3.000 el número de desaparecidos, 200 desde la llegada de Fujimori al gobierno. El presidente mismo reconoció la existencia de grupos paramilitares y la impunidad de las fuerzas armadas en la represión de las guerrillas.

El 5 de abril de 1992, con el apoyo de las fuerzas armadas y policiales, Fujimori anunció la disolución temporal del Parlamento y la reorganización de la justicia, alegando que la reconstrucción del país era obstaculizada por la inoperancia y la corrupción de ambos poderes. Pocos días después, promulgó una ley que le asignaba plenos poderes para legislar y modificar la Constitución, moralizar la administración pública y de justicia, en función de la lucha contra el narcotráfico, la corrupción y la subversión. Las encuestas de opinión pública registraron más de 70% de adhesión a las medidas de Fujimori. Sin embargo todas las organizaciones sociales y políticas peruanas condenaron el golpe de Estado.

Estados Unidos anunció la suspensión de la ayuda económica y militar a Perú, pero pronto reinició negociaciones con el gobierno. A fines de abril, el FMI anunció en Washington la aprobación del programa de reformas económicas y estructurales del gobierno peruano.

El mayor éxito político del gobierno provino de la lucha contra los movimientos insurgentes. Hasta el ascenso de Fujimori, Sendero Luminoso -que llegó a contar con unos 5.000 miembros.

El 12 de setiembre de 1992 el gobierno exhibió en la cárcel a Abimael Guzmán, fundador y líder de Sendero. Poco después caían los principales dirigentes de la cúpula senderista. Guzmán fue condenado a prisión perpetua. El golpe fue decisivo pues fracturó la capacidad militar de Sendero, al punto que Guzmán y otros dirigentes presos iniciaron conversaciones de paz con el gobierno y llamaron a sus seguidores a deponer las armas.

En setiembre de 1992 el gobierno exhibió en la cárcel a Abimael Guzmán, fundador y Líder de Sendero. La detención de Guzmán y otros integrantes de la cúpula senderista presionó a la organización a entablar conversaciones de paz.

La necesidad de reinsertarse en el sistema financiero internacional y la confianza del presidente en su popularidad condujeron a la celebración de elecciones en noviembre. En el Congreso Democrático Constituyente el partido de Fujimori, Cambio 90-Nueva Mayoría obtuvo la mayoría absoluta. Los partidos tradicionales no participaron.

La oposición rechazó el proyecto de reforma constitucional del gobierno, pues restringía las libertades políticas e individuales y establecía la pena de muerte para los terroristas. En el referéndum de octubre el 53% de los votantes apoyó la reforma, contra 47% que la rechazó.

A mediados de 1993 fueron asesinados un profesor y nueve estudiantes de la universidad de La Cantuta. Una investigación parlamentaria incriminó al comandante del Ejército y a un asesor militar de Fujimori, quien se mostró reticente a someterlos a la justicia civil.

El gobierno vendió dos compañías mineras a una empresa estatal China, país que se convirtió en el cuarto mayor inversionista extranjero. También se vendieron las empresas Aeroperú y Petróleos del Mar. Fujimori promovió la integración del país a la Cuenca del Pacífico. Viajó con frecuencia a Japón, que contribuyó con préstamos a Perú, donde la comunidad japonesa es importante. La economía creció 6,5% gracias a la pesca, la construcción, las manufacturas y el dinamismo de la economía informal. La reticencia peruana a la desgravación arancelaria dificultó la creación de un mercado común andino con Colombia, Venezuela y Bolivia prevista para 1995.

Fujimori llevó adelante con éxito una ofensiva militar contra Sendero Luminoso y puso en marcha una campana propagandística para persuadir a sus simpatizantes de renunciar a esa causa. Las organizaciones de derechos humanos acusaron al gobierno de asesinatos, secuestros y torturas de ciudadanos inocentes.

La seguridad en la región andina permitió el reinicio de la actividad minera, con la participación de investigadores e inversores extranjeros. El PBI creció un 12% durante 1994.

A comienzos de 1995 Perú y Ecuador mantuvieron enfrentamientos militares en su frontera común de la Cordillera del Cóndor. Las hostilidades provocaron doscientos muertos y pérdidas millonarias para ambos países. Las negociaciones de paz se realizaron bajo los auspicios del Protocolo de Río, con Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos como garantes.

Fujimori obtuvo una arrolladora victoria en las elecciones presidenciales de abril. Su principal rival, el ex secretario general de las Naciones Unidas ,Javier Pérez de Cuéllar, no alcanzó los votos necesarios para una segunda vuelta. La esposa del Fujimori, Susana Higuchi, no pudo candidatearse y su partido, Armonía Siglo XXI, tampoco obtuvo lugares en el Congreso debido a irregularidades en sus listas. En julio el presidente y su esposa se divorciaron.

Afirmado por su triunfo electoral, Fujimori anuló la autonomía de las universidades de San Marcos y La Cantuta , a la vez que amnistió a militares y policías convictos por violar los derechos humanos en la lucha contra la guerrilla desde 1980. Se estimaba que entre 1992 y fines de 1995 los llamados "jueces sin rostro" habían ejecutado a más de 2.000 personas.

El ingreso de un comando del MRTA a la residencia del embajador de Japón, en diciembre de 1996, en momentos en que se reunía en una fiesta el cuerpo diplomático, volvió a conmover el ambiente político peruano y sus relaciones con el exterior. Los guerrilleros exigieron la liberación de 450 detenidos y una mejora de las condicionies de reclusión para todos los presos del país.

En febrero de 1997, 50 días después de la toma de la embajada, el gobierno aceptó entablar negociaciones directas con el comando dirigido por Néstor Cerpa. Domingo Palermo, ministro de Educación, se reunió varias veces con delegados del comando que mantenía 72 rehenes en la casa del embajador japonés. En los encuentros estaban también presentes el nuncio apostólico Juan Luis Cipriani, junto a representantes de la Cruz Roja Internacional, de Canadá y Japón.

El 22 de abril y en una operación coordinada, un grupo comando de las fuerzas armadas peruanas entró en la embajada a través de túneles excavados por mineros profesionales. En la operación murieron los 14 integrantes del MRTA, un rehén y dos soldados. Algunos periodistas que usaban micrófonos direccionales registraron la voz de por lo menos dos mujeres rindiéndose, lo que dio pie a la acusación de que varios de los guerrilleros habían sido ejecutados en la propia embajada. Durante los 126 días que duró la toma, la popularidad del gobierno fue cayendo hasta niveles récord, pero el resultado de la operación catapultó nuevamente la aceptación a través de las encuestas a más del 65%.

En mayo de 1997 se produjo la destitución de los miembros del Tribunal Constitucional que en diciembre habían votado declarando que la Constitución prohibía una nueva reelección de Alberto Fujimori